ACTIVIDAD - II TRIMESTRE 2014



 

Cuadro 1. Producto Interno Bruto a precios constantes, según INDEC y Ferreres

Variación %

Var. p.a: Variación respecto del período anterior de la serie sin estacionalidad.

Los datos informados por el INDEC corresponden al EMAE (dato preliminar del PIB).

Fuente: Elaboración GERES en base a INDEC y Ferreres.

La actividad económica se mantiene dentro de un escenario recesivo, que tiene indicios de profundizarse en los próximos meses. En el segundo trimestre de 2014, el Índice General de Actividad (IGA) elaborado por Ferreres mostró una caída del 1,5% anual[1], mientras que la serie desestacionalizada[2] arrojó una disminución del -0,2% respecto del trimestre previo. De ese modo, en el primer semestre del año, comparado con igual período de 2013, la economía acumula una baja del 0,9%.

El INDEC, más optimista, informó una caída del EMAE[3] –dato anticipado del PIB trimestral- del -0,7% anual en abril y del -0,2% en mayo, y una variación anual nula en junio.

El retroceso en la actividad económica observado en el primer semestre del año se explica principalmente por la caída de la industria, liderada por el fuerte desplome de la producción automotriz. También contribuyen a explicar la baja de la actividad el desempeño negativo de la construcción, del transporte y del comercio.

El IGA desestacionalizado mostró una baja más leve en el segundo trimestre con relación al primero. Esto se debió a que la mejora del agro contribuyó a compensar parcialmente el desempeño negativo de otros sectores, gracias a la cosecha de soja, que alcanzó un volumen récord. Según la estimación de Ferreres, también incidió positivamente el significativo incremento que exhibió el sector de electricidad, gas y agua. De todos modos, la mejora del agro tiene un impacto transitorio en la actividad, acotado fundamentalmente al segundo trimestre (período de la cosecha gruesa); pasado el impulso en los próximos meses, no se vislumbra otro sector que pueda contrarrestar la caída de la actividad económica que lideran la industria y los demás sectores mencionados anteriormente.

Del lado de los componentes de la demanda agregada, durante el segundo trimestre de este año continuó el retroceso del consumo privado, según se deprende de la evolución de diversos indicadores (ventas en shoppings, ventas minoristas, IVA DGI). Cabe destacar que el INDEC publicó los datos del PIB correspondientes al primer trimestre de 2014, reconociendo una importante caída del consumo privado (-1,2% anual), tal como lo habíamos adelantado en el informe previo.

Por su parte, la inversión bruta interna disminuyó un -2,2% anual en el segundo trimestre, según la estimación de Ferreres, afectada tanto por la baja de la construcción (-1,5% anual), como de la inversión en equipo durable de producción nacional (-15,8% anual). Por el contrario, la inversión correspondiente a equipo de producción importado aumentó un 6,0% anual.

En cuanto a la demanda externa, las exportaciones tampoco lograron mejorar su desempeño, manteniendo una fuerte caída en el segundo trimestre (-11% anual según el INDEC), a pesar del ingreso de la nueva cosecha de soja (récord) y de los elevados precios de exportación de la oleaginosa y sus subproductos que prevalecieron en dicho período (posteriormente, desde principios de julio se verificó una importante disminución en los precios).

Considerando un período de tiempo más amplio, se puede observar que la economía se encuentra inmersa en una situación de estancamiento que se prolonga desde fines de 2011. Es decir, la economía no creció en lo que va del segundo mandato de Cristina Kirchner.

Gráfico 1. Índice General de Actividad (Ferreres)

Índice desestacionalizado1993=100

Fuente: Elaboración GERES e base a Ferreres.

1. Industria

Cuadro 2. Índice de Producción Industrial, según diversas fuentes

Variación


Var. p.a: Variación respecto del período anterior de la serie sin estacionalidad.

Fuente: Elaboración GERES en base a INDEC, Fiel y Ferreres.

 

La principal causa del retroceso en la actividad económica en lo que va del año reside en el desempeño negativo de la industria. En lo que respecta al segundo trimestre, el INDEC informó una disminución de la actividad industrial del -3,2% anual, mientras que Fiel y Ferreres calcularon una baja del -5,4% anual y del -3,9% anual respectivamente. Así, en el primer semestre la actividad industrial acumula una fuerte caída, que varía ligeramente de acuerdo a la fuente consultada.

 

Cuadro 3. Evolución de la industria por rama (FIEL)

Variación anual, en %


Fuente: Elaboración GERES en base a datos de FIEL.

La disminución de la actividad industrial en el segundo trimestre está liderada por la producción automotriz, que en dicho período se desplomó un -25,8% anual (Fiel), profundizándose la caída que se prolonga desde el cuarto trimestre de 2013[4]. Según reporta ADEFA[5], esto fue producto de una baja tanto en las exportaciones (-27,1% anual) como de la venta de vehículos nacionales al mercado interno (-24,9%); por su parte, las ventas de vehículos importados acusaron el mayor derrumbe (-49,3% anual)[6]. En consecuencia, las ventas totales (nacionales + importados) disminuyeron un -40,3% anual.

En segundo lugar, se destacó la caída de la producción metalmecánica (-12,1% anual). Por su parte, el bajón que está atravesando la construcción repercutió en el desempeño de la rama minerales no metálicos, que exhibió una disminución del -6,1% anual. Al interior de dicho sector, se observan caídas en todos los rubros (vidrio, cemento, y otros materiales de la construcción); en particular, cabe mencionar que la AFCP[7] estimó una reducción del -5,8% anual en la producción de cemento.

Por el contrario, solamente la siderurgia y la refinación de combustibles arrojaron subas significativas, del 7,2% anual y del 7,3% anual respectivamente. En el primer caso, se explica por el desempeño de la producción de acero, que aumentó un 11,7% anual; de todas formas, debe remarcarse que ésta compara con una base muy baja de igual período de 2013, en el cual la producción había caído fuertemente por una serie de paradas técnicas, según informó en su momento la Cámara del Acero. Por el contrario, la producción de aluminio disminuyó un -1,5% anual. La refinación de petróleo, por su parte, se recuperó, al ponerse nuevamente en funcionamiento la planta de Campana, luego de la parada de mantenimiento de marzo, que había generado una caída drástica en el sector.

Los demás sectores observaron caídas de diversa magnitud, con excepción de la producción de Químicos y Plásticos, que registró una suba discreta del 0,6% anual.

En el acumulado del año, solamente la siderurgia observa un aumento significativo, debido a la recuperación de la producción de acero. Como se comentó previamente, éste se relaciona con la baja base de comparación de igual período de 2013.

Con excepción de la refinación de combustibles y de la rama de insumos textiles, que exhibieron aumentos muy leves, y del sector alimentos y bebidas, que arrojó un crecimiento nulo, los restantes sectores registran disminuciones de distinta magnitud, destacándose el derrumbe de la producción automotriz (-21,1% anual), seguida por la fuerte baja que muestra la rama metalmecánica (-9,0% anual).

 

2. Construcción

El desempeño negativo de la construcción también contribuye a explicar el retroceso de la actividad económica. En el segundo trimestre, según informó el INDEC, el ISAC[8] disminuyó un -1,4% anual, moderando la caída que observó el trimestre previo. Menos optimistas que el organismo oficial, el más volátil Índice Construya[9] arrojó una caída del -7,9% anual, mientras que los despachos de cemento al mercado interno se redujeron un -4,5% anual.

 

 

Cuadro 4. Indicadores de actividad de la construcción

Variación %

Var. p.a: Variación respecto del período anterior de la serie sin estacionalidad.

En el caso de la variación anual del ISAC y el Índice Construya se toma la serie desestacionalizada.

Fuente: Elaboración GERES en base a INDEC, Grupo Construya y AFCP.

 

3. Consumo

El consumo privado mantuvo un desempeño muy flojo durante el segundo trimestre de 2014. La fuerte disminución del salario real en lo que va del año, el deterioro del mercado laboral -con la caída del empleo- la suba de las tasas de interés y la menor financiación en cuotas sin recargo, todo esto en un marco de retroceso en la actividad económica, han llevado a esta situación. En adelante, el panorama luce poco alentador, teniendo en cuenta que la mayoría –por no decir todos- de los “aumentos” salariales cerrados para este año se han ubicado entre 5 y 10 puntos porcentuales por debajo de la inflación estimada para 2014. Por otro lado, la industria no muestra señales de recuperación, lo cual seguramente profundizará la pérdida de puestos de empleo y las suspensiones, contribuyendo a recortar la masa salarial factible de volcarse al consumo.

En el segundo trimestre de este año, medidas a precios constantes, las ventas en supermercados observaron un magro aumento, del 0,3% anual, mientras que las ventas en centros de compras se desplomaron un -6,7% anual. En este último caso, se trata de la peor caída en un trimestre desde comienzos de 2009.

Cuadro 5. Ventas en supermercados y en centros de compras

Variación anual, en %

La serie a precios constantes se obtiene de deflactar la serie a precios corrientes del INDEC por el Índice de precios que utiliza GERES.

Fuente: Elaboración GERES en base a datos de INDEC y GERES.

 

 

Del mismo modo, la CAME[10] informó que las ventas minoristas –medidas en cantidades- se redujeron, en términos anuales, un -7,5% en abril, un -8,3% en mayo y un -8,8% en junio, acumulando en el primer semestre del año una disminución del -7,0% con relación a igual período de 2013. Cabe destacar que la caída en el segundo trimestre fue generalizada en todos los rubros, registrándose las más fuertes en los rubros de electrodomésticos, juguetería y artículos de librería, inmobiliarias, neumáticos y ferretería.

Otro indicador que ratifica el retroceso del consumo en el segundo trimestre es el IVA DGI, que en términos reales observó una baja del -6,0% anual, siendo la caída más profunda para un trimestre en lo que va del ciclo K.

 

4. Perspectivas

Como analizamos desde la publicación del primer informe de GERES hacia mediados de 2013, el estrangulamiento del sector externo se constituye como un condicionante fundamental para nuestra economía, imponiendo un límite muy bajo al crecimiento. En este marco de déficit en las cuentas externas, que se prolonga desde mediados de 2011, el Gobierno ha optado por seguir pagando “cash”, con reservas, los vencimientos de deuda en moneda extranjera, -por el momento limitados por el conflicto con los fondos buitres- mientras aplica una serie de restricciones a la salida de divisas, entre las que se ha destacado -además del cepo cambiario para ahorro en moneda extranjera- la implementación de fuertes trabas a las importaciones de bienes industriales y otros insumos. Esto limita fuertemente la inversión y el crecimiento de la economía; fundamentalmente de la industria, altamente dependiente de insumos y bienes de capital extranjeros.

Sin embargo, el fracaso de estas políticas de parches para intentar frenar la sangría de divisas, en un marco de pobre desempeño exportador, llevó al Gobierno a implementar un combo de medidas de ajuste, que profundizaron notablemente el cuadro recesivo que se configuraba en la economía. Entre ellas, se destacaron la devaluación; la suba de las tasas de interés; el aumento de tarifas y de precios regulados por el Gobierno, como la nafta y el transporte; el recorte en términos reales de las jubilaciones y del salario de los empleados públicos; la imposición de un techo bajo a las paritarias, por debajo de la inflación proyectada para el año. Se trata de un plan de ajuste clásico, que incidió negativamente en el consumo y la inversión, para intentar relajar el déficit de las cuentas externas y estabilizar el nivel de las reservas.

En este contexto, pasado el impulso transitorio de la cosecha de soja récord, no se vislumbran en el corto plazo sectores que puedan apuntalar la recuperación de la economía. En ese sentido, la gran mayoría de las ramas de la industria continúan con caídas fuertes, lideradas por el desplome de la producción automotriz; tampoco muestra señales de reactivación la construcción.

Por el lado de la demanda agregada, el fuerte recorte del salario real ha impactado negativamente en el consumo, que observa su caída más pronunciada desde la crisis de 2002; también se retrae la inversión. Por su parte, las exportaciones acumulan una reducción del -10% en el primer semestre, y cerrarán el año con una sensible disminución, a pesar de la cosecha de soja récord. El estancamiento del PIB de Brasil este año –principal socio comercial de nuestro país- y la caída abrupta que acusó el precio de la soja en Chicago siembran más dudas acerca de una posible recuperación en el frente externo.

En consecuencia, teniendo en cuenta que el saldo comercial era la fuente casi exclusiva de divisas de la economía, y que el conflicto con los holdouts ha complicado la estrategia del Gobierno de buscar financiamiento externo, éste seguramente continuará aplicando fuertes restricciones a las importaciones, afectando la actividad industrial y de otros sectores, para intentar minimizar la caída de las reservas, las cuales prioriza destinarlas al pago de la deuda en moneda extranjera.

En suma, las políticas recesivas del Gobierno para hacer frente al estrangulamiento externo conducen a que este año la economía experimente una caída significativa, cuya magnitud dependerá de las políticas adoptadas, y de factores externos que condicionan fuertemente el desenvolvimiento de la economía local, como el crecimiento de Brasil y el precio internacional de la soja.

[1] Las variaciones anuales se refieren a la variación respecto de igual período del año previo.

[2] Es la que resulta de eliminar de la serie original las fluctuaciones que se repiten más o menos regularmente todos los años. Las principales causas de tales fluctuaciones se deben a la cantidad de días laborales del mes (Efecto días de actividad), los feriados móviles (Efecto pascua), las características estacionales de la demanda y una disponibilidad estacional de materias primas, entre otras.

[3] Estimador Mensual de Actividad Económica, elaborado por el INDEC.

 

[4] Las variaciones de la producción automotriz que registra Fiel difieren ligeramente de las informadas por la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA), seguramente debido a distintas ponderaciones de las tres categorías principales (automóviles, utilitarios y transporte de cargas y pasajeros).

[5] Asociación de Fábricas de Automotores.

[6] Las ventas al mercado interno son ventas a concesionarios.

[7] Asociación de fabricantes de cemento Portland.

[8] Indicador Sintético de Actividad de la Construcción, elaborado por el INDEC.

[9] Índice de Actividad de la construcción elaborado por el Grupo Construya, que agrupa a 12 empresas de la construcción. http://www.grupoconstruya.com.ar.

[10] Confederación Argentina de la Mediana y Pequeña Empresa.