MERCADO LABORAL: OCUPACIÓN Y SALARIOS - III TRIMESTRE 2015

 

1. El salario real en el segundo mandato de CFK: dinámica pobre y a la baja

En los últimos años la inflación se impuso sobre los aumentos en paritarias (esto no había sido así en los también inflacionarios años del primer mandato de Cristina Fernández), generando la pobre dinámica del salario real que se aprecia en el gráfico 6.[4] 2014 fue un año caracterizado por una importante pérdida del poder adquisitivo de los sueldos (devaluación mediante), mientras que en 2015 se esboza una recuperación (+2,1% comparando terceros trimestres) pero que deja aún al indicador en una posición lejana respecto de su nivel en III-2013 (-5%).

Gráfico 6. Evolución del salario real y del salario medido en dólares (empleados registrados en sector privado). Mensual (01/12=100), ene/12-sep/15

Fuente: Elaboración GERES en base a INDEC, BCRA, sección "inflación" del presente informe.

 

En oposición a esta mediocre evolución, al estudiar la serie en dólares nos encontramos en 2015 en presencia de una suba considerable: los incrementos nominales de los haberes se contrastan con un tipo de cambio que se mueve a un ritmo mucho menor, generando un crecimiento del +14,7% en la comparación entre terceros trimestres 2015/2014.

En lo que atañe a los empleados del sector público, GERES considera a los encuadrados en el convenio de trabajo de la Administración Pública Nacional. El gráfico 7 expone la evolución en los últimos cuatro años. Se comprueba que a) es compatible con la dinámica general del mercado laboral pero que b) se recupera en el tercer trimestre de 2015 (+2,5% respecto de III-2014) de una baja más profunda, al punto que aún quedó -7,3% por debajo de III-2013.

Gráfico 7. Salario real de los empleados de la Administración Pública Nacional (no fuerzas armadas). 12/2001=100. Ene-2012/sep-2015.

Fuente: Elaboración GERES en base a Decretos 799/10, 836/11, 923/12, 687/13 y 811/14 y sección "inflación" del presente informe

 

 

2. Desempleo: al rojo vivo la necesidad de reconstruir el INDEC

En su último informe antes del cambio de gobierno, la lamentable dirección del INDEC publica cifras de desempleo y subempleo históricamente bajas. Desde GERES descreemos de estos datos, de los que -por cierto- no se ofrece desde el Estado ninguna explicación (en el sentido de la lógica causal que lleva a los bajos niveles de la tasa de actividad o a la creación de fuentes de trabajo, más allá de un repunte en la construcción). En informes anteriores hemos analizado el inverosímil comportamiento de la “tasa de actividad”, que aparece estos últimos trimestres ubicándose en niveles mínimos históricos. Siendo que un desocupado no es simplemente alguien “sin trabajo”, sino que es quien no lo tiene pese a haberlo buscado, la sospecha obvia es que casos en que los respondentes de la encuesta contestan que han buscado luego son recategorizados como que no lo han hecho, abandonando así artificialmente la situación de desocupación para convertirse en “inactivos” (no son parte de la PEA y por ende no computan para la tasa de desempleo). Desde dentro del organismo, ATE-INDEC aporta a esta idea.[5] Dado el escaso dinamismo que tiene la economía estos últimos años (ver sección “Actividad”) el nuevo dato de desempleo nos parece muy extremo, al punto de que no haremos especulaciones en esta materia. Reiteramos, en este momento bisagra de la política argentina, que nos encontramos entre quienes exigimos que el Estado Nacional normalice el sistema de estadísticas públicas y vuelva a publicar datos reales.[6] No hay mejor señal sobre la honestidad de un buen proceder en esta materia que la garantía que aporten los trabajadores del Instituto que llevan 8 años denunciando la situación.

Por lo pronto, es muy significativa la comparación que ha hecho el periodista Ismael Bermúdez (Clarín, 24/11/2015) con los datos de la Dirección de Estadísticas y Censos (DEC) de la Ciudad de Buenos Aires. Con un universo de referencia similar, la diferencia en la Capital Federal está exactamente donde se ha señalado desde GERES: en la tasa de actividad, de una forma tal que el contraste entre las dos encuestas es perfectamente compatible con la hipótesis adelantada y sugerida en el libro citado. La tasa de actividad porteña en el segundo trimestre[7] del 2015 era del 54,1% según la DEC porteña, y de sólo el 51,9% según INDEC. Así, mientras INDEC estimó el desempleo de la C.A.B.A. en un 5,1% de la PEA, el organismo porteño registró el 8,6%. Más aún en este sentido: la tasa de empleo fue totalmente similar en ambos relevamientos (49,3% INDEC, 49,5% DEC).

Entiéndase pues: ambos relevamientos contabilizan la misma cantidad de personas ocupadas, y de entre quienes no trabajan el INDEC “ve” más inactivos mientras que la DEC porteña registra más desocupados.

[4] Se consideran los empleos “en blanco” del sector privado, dado que en nuestra opinión el cómputo de INDEC sobre haberes de empleados informales y públicos no es muy riguroso. Se señala que no se están considerando los efectos del caprichoso impuesto a las ganancias sobre los salarios (Caprichoso: adj. Que se produce de forma aparentemente azarosa o arbitraria y puede resultar original o llamativo – R.A.E.)

[5] ATE-INDEC (2014). No somos cómplices de la mentira. Buenos Aires: CTA Ediciones.

[6] Tantos momentos bisagra hemos visto pasar ya, sin embargo…

[7] Bermúdez encontró las mismas tendencias en el tercer trimestre de 2015.