MERCADO LABORAL: OCUPACIÓN Y SALARIOS - IV TRIMESTRE 2014



1. Un mercado laboral impactado por la recesión

El cuadro 6 expone la evolución de los números oficiales. En el mismo se constatan dos hechos que vinculan esta sección con la de actividad: el primero, de más largo alcance, es que (aún considerando los datos tal como los produce el INDEC) entre el 2011 y el 2014 –período que coincide con el actual mandato presidencial y con el estancamiento económico de largo plazo que experimenta la economía argentina- se caracterizó por un dinamismo muy pobre del mercado laboral, con una tasa de empleo en retroceso y una cuota de población con problemas de trabajo que no se modifica o acaso crece en algunas décimas.

Cuadro 6. Principales indicadores del mercado laboral. Cuartos trimestres. 2011-2014.

Fuente: Elaboración GERES en base a INDEC.

 

Desde GERES entendemos esto como particularmente lamentable habida cuenta de que la población involucrada en estas desdichadas categorías asciende a alrededor de 2,7 millones de personas, el equivalente a la población conjunta de las ciudades de Córdoba, Rosario y Corrientes (proyectando los datos EPH al total urbano nacional, figura 1). Nuestro juicio de valor es radicalmente opuesto al expresado por Cristina Fernández al cerrar su discurso de apertura de sesiones del Congreso, en el que esta situación a nuestro entender penosa es ponderada como muy cómoda para la gente,[12] afirmación que sólo puede resistir una comparación de este último período con años bastante lejanos y de profunda crisis. Y esto aceptando que los datos de INDEC fuesen correctos, de lo que dudamos seriamente (como se expondrá debajo).

Figura 1. Población desocupada o subocupada (oficialmente según INDEC), en capitales provinciales argentinas. IV trim 2014.

 

El segundo punto es el de la crisis coyuntural: interanualmente medidas las variables empeoran, con la desocupación subiendo del 6,5% al 6,9% de la Población Económicamente Activa (PEA) y la subocupación aumentando fuerte del 7,8% al 9,1%.

Finalmente, descreemos de la calidad de este indicador: encontramos poco verosímil el comportamiento de la llamada tasa de actividad. Un desocupado no es meramente alguien sin empleo, sino que además debe estar buscándolo. Si no es así, el entrevistado es un “inactivo”, y queda excluido de la población con problemas de trabajo. El extravagante crecimiento de la cantidad de inactivos atenúa indicadores peores para el mercado laboral. La población de referencia de la EPH de este cuatrimestre es de 26.685.000 personas, de las cuales las inactivas se afirma son 14.612.000; con lo que la PEA –sobre la cual se calcula el porcentaje de desocupados- es de 12.073.000 individuos. De éstos estaban ocupados 11.236.000. Ahora bien, si en lugar de la tasa de actividad informada tomamos la correspondiente al último cuatrimestre de 2012 (antes de que comience a comportarse de forma tan rara), la PEA se computaría en 12.355.000, con lo que los desocupados (calculados como diferencia entre la PEA y los ocupados) ascenderían a 1.119.000, lo que implicaría una desocupación del 9,1% y no del 6,9%.

2. Menos trabajo en el sector privado

El sector privado –empleos registrados- ha destruido puestos de trabajo a lo largo de 2014. El cuadro 7 expone la evolución de esta variable desde 2011, donde vuelven a comprobarse los dos hechos salientes del cuadro 6: la mediocridad de la dinámica del mercado laboral en los últimos años, y la crisis de 2014; en el que se registró un retroceso en la industria manufacturera (-1,3%) y la construcción(-2,4%).

Cuadro 7. Puestos de trabajo registrados del sector privado, por sector. Cuartos trimestres (IV-2011=100). 2011-2014.

Fuente: Elaboración GERES en base a Encuesta de Indicadores Laborales y MTEySS

 

Sin tanta información disponible, se puede registrar sí, de otra fuente (el Sistema Previsional), un crecimiento en el empleo público: para el tercer trimestre del año se registró un incremento interanual del 4,9% (los trabajadores estatales son aproximadamente la quinta parte de los empleados registrados totales).

 

3. La tasa de argentinos desesperados por el desempleo

Al cierre de la edición del presente informe de coyuntura no hay disponibles nuevas bases de datos EPH para actualizar nuestro seguimiento de la cantidad de argentinos desesperados por el desempleo; por lo que repetimos el análisis de nuestra edición anterior con información al segundo trimestre de 2014. La medición de GERES intenta cuantificar la masa de argentinos en los que se expresan los más graves efectos de la existencia del desempleo: Los desempleados puros (contabilizados como lo hace el INDEC, son quienes no han trabajado siquiera una hora en la semana de referencia de la encuesta), los infraocupados (personas que sólo trabajan 12 horas a la semana queriendo trabajar más, lo que supone reducir a la tercera parte la carga horaria que define a los “subocupados” de la medición oficial), los ocupados “carne de cañón” (ocupados que trabajan más de 30 horas a la semana por un sueldo ínfimo –menos de $2.122-, que se supone aquí que toman este tipo de posiciones en el mercado laboral por encontrarse como alternativa el desempleo pleno- y los desocupados “desalentados”. Para este último contingente se computan dos versiones, siendo los “A” los inactivos que afirman no buscar empleo porque “se cansaron de buscar” o “hay poco trabajo en esta época” (dos opciones del cuestionario de la EPH) y los “B” los que no buscaron en el período de referencia pero sí lo hicieron en algún momento de los últimos 12 meses. El gráfico 5 expone la evolución de estas tasas durante los últimos años.

Gráfico 5. Tasas de argentinos desesperados por el desempleo, segundos trimestres, 2011-2014.

Fuente: Elaboración GERES en base a tabulados EPH-INDEC

El cociente entre este conjunto de personas y la PEA da un salto en 2014, llegando a casi el 20% al considerar su versión “B”. Se produjo asimismo un cambio en su composición: aumenta la participación en el total de los “ocupados carne de cañón”, fenómeno atribuible a la aceleración del proceso inflacionario que trajo la devaluación de comienzos de 2014, que convirtió las actividades de un porcentaje mayor de argentinos en “ocupaciones carne de cañón”. Si bien no está disponible la información para el segundo semestre del año, no encontramos fundamentos para pensar que estos números puedan haberse modificado sustantivamente.

 

4. Un 2014 de retroceso salarial

Sostenemos desde GERES que la afirmación que hiciera la primera mandataria en la apertura de sesiones del Congreso el primero de marzo referida a “que los trabajadores puedan libremente pactar sus salarios… ganando siempre en poder adquisitivo a la inflación” no es verdadera para 2014. El gráfico 6 ilustra la evolución de esta variable así como la del salario en dólares (valor oficial).[13]

Gráfico 6. Evolución del salario real y del salario medido en dólares (empleados registrados en sector privado). Mensual (01/2012=100), ene/12-dic/14

Fuente: Elaboración GERES en base a INDEC, sección “inflación” del presente informe.

 

Tomando promedios anuales, el salario real cayó un -6,7% en 2014 respecto de su media de 2013, cifra que aparece algo recortada al comparar los valores de los últimos trimestres de esos años: el retroceso aquí es del -5,7%. Se produjo una baja aún más sustantiva del salario medido en dólares: el promedio de 2014 estuvo un -12,3% por debajo que en el año 13. Debe notarse asimismo que si bien el pozo del comienzo del año fue más profundo para esta medición, las mejoras nominales surgidas de paritarias realizaron una compensación mayor, quedando el último trimestre un -4,1% por debajo que el mismo período del año anterior, y siendo que en el último mes de 2014 la variable se colocaba en el mismo valor que en diciembre de 2013 (aunque aún estaba en diciembre de 2014 un -6,1% por debajo de su nivel a fines de octubre/13, el momento en el cual comenzó a acentuarse el proceso devaluatorio).

[12] Ahora, para la gente, el país que les dejo es un país muy cómodo, es un país con 6,9 por ciento de desocupación…” Discurso completo disponible en http://www.presidencia.gob.ar.

[13] Se consideran los empleos “en blanco” del sector privado, dado que en nuestra opinión el cómputo de INDEC sobre haberes de empleados informales y públicos no es muy riguroso.