MERCADO LABORAL: OCUPACIÓN Y SALARIOS - IV TRIMESTRE 2016



1.               Durante lo que va del gobierno de Cambiemos, el salario perdió 10 puntos

Durante 2016 se hicieron sentir con toda su fuerza los efectos sobre el salario de la devaluación de la moneda (proceso que en el último trimestre recuperó impulso), a los que se sumaron tarifazos de tres dígitos y demás incrementos en precios regulados y sensibles aumentos de los comestibles producto de la quita de retenciones (sólo se mantienen para la soja, vegetal con casi nula incidencia en la canasta alimentaria nacional). El resultado es categórico: la comparación diciembre 2016/noviembre 2015 arroja una disminución del salario real de un -9,9%.[11]

Gráfico 6. Evolución del salario real y del salario medido en dólares (empleados registrados en sector privado). Mensual (01/12=100). ene/13-ene/16.

Fuente: GERES en base a INDEC, BCRA, RIPTE, sección "inflación" del presente informe.

 

En otra comparación pertinente, se tiene que la media salarial de 2016 fue muy inferior a la de años previos (incluyendo al recesivo y devaluado 2014), llegando al punto de retroceder 6 años para equiparar el nivel de 2010.

 

Cuadro 6. Media del salario real (dic/2001=100), empleados registrados del sector privado, y variación en comparación con 2016. 2010-2016.

Fuente: GERES en base a INDEC, RIPTE y capítulo de inflación GERES.

Considerando solamente el IV trimestre de 2016, la baja interanual es de -9,2%.

El salario medido en dólares repite aumentada la tendencia. Diciembre de 2016 lo ubica en un nivel un -20,4% por debajo de noviembre’15. Durante todo el año, la media estuvo un -18,4% por abajo que el promedio de 2015, y también hay que remontarse a 2010 para registrar valores tan disminuidos. El resultado de la comparación entre cuartos trimestres es un poco menos abrupto: -13,4%.

Para el caso del empleo público, GERES construye una serie propia (gráfico 7) considerando como testigo la evolución de los salarios de los empleados de la Administración Pública Nacional (excluyendo fuerzas de seguridad, cuyos miembros por cierto que recibieron un plus por encima de la pauta oficial, que llegó al 14% para el personal retirado). Estos trabajadores se hallan particularmente golpeados, dado que el violento efecto de las medidas económicas de 2016 se aplica sobre un nivel salarial que venía crónicamente deprimido. El valor medio de la serie real durante 2016 es el menor desde el año 2006, cuando aún se hacían sentir los efectos de la gran devaluación de 2002, y es un -7,5% más bajo que el que rigió durante 2015. Considerando aisladamente el IV trimestre, la desvalorización salarial es del -5,5%.

Gráfico 7. Salario real en la Administración Pública Nacional. 06/2013=100. 06/2013-12/2016.

Fuente: Elaboración GERES en base a Infoleg y sección "inflación" del presente informe

 

2.               Despidos y contrataciones

Un dato complementario sobre el estado del mercado de trabajo que levantamos en este capítulo es el referido al número de despidos que construye la consultora “Tendencias”. Desde diciembre de 2015, el total de cesantías suma 273.000, siendo que –contrariamente a creencias en sentido inverso- casi el 80% de las mismas corresponden a empleadores del sector privado (y dentro de estas, el peso de la actividad de la construcción es abrumador). Por otra parte, y también en alguna medida en oposición a un lugar común en el análisis periodístico, dentro de los despedidos del sector público son más los correspondientes a los estados subnacionales (54%). El total de despidos multiplica los verificados en años previos, en un rango que va de la quintuplicación a la decuplicación.

 

Gráfico 8. Despidos registrados según tipo de empleador, mensual. Dic/15-dic/16.

Fuente: elaboración sobre los datos de consultora Tendencias

 

Por supuesto que estos datos son “brutos”, el neto en la cantidad de puestos de trabajo formales se ha mantenido, según la información del sistema integrado previsional, estable. Estabilidad, por supuesto, que choca con el crecimiento poblacional vegetativo del país y de su tasa de actividad (acicateada por los menores ingresos de los hogares). El cuadro 7 expone esta información. Mientras que el gobierno refuerza la señal de que el Sector Público no actuará como generador de puestos de trabajo (se anunció un congelamiento de los ingresos en el Poder Ejecutivo Nacional en enero de 2017), su dinámica declinante como empleador (comparar variación anual con la del último trimestre en el cuadro 7), el total experimenta una caída del 1%.

Cuadro 7. Cantidad de empleados registrados, según tipo de empleador. 2015-2016.

Fuente: GERES en base a SIPA.

 

3.               La Tasa de Argentinos Desesperados por el Desempleo (TADD)

El INDEC ha subido la segunda base de la EPH desde el cambio de sus autoridades. Esta es la fuente que GERES analiza para construir un coeficiente con el que pretende observar de una manera más abarcativa el drama de la desocupación; en particular la forma en la cual influye y se expresa en el mercado de trabajo. Después de todo, la medición de la desocupación abierta es extremadamente restrictiva: recordemos que sólo es considerado desempleado quien, habiendo buscado activamente trabajar, no logró hacerlo siquiera una hora por semana. La TADD considera, en adición a esta desocupación abierta, otras categorías en el mercado de trabajo igualmente lamentables: los infraocupados (personas que sólo trabajan 12 horas a la semana queriendo trabajar más, lo que supone reducir a la tercera parte la carga horaria que define a los “subocupados” de la medición oficial), los ocupados “carne de cañón” (ocupados que trabajan más de 30 horas a la semana por un sueldo ínfimo –menos de $4.095 al mes-, que se supone aquí que toman este tipo de posiciones en el mercado laboral por encontrarse como alternativa el desempleo pleno- y los desocupados “desalentados” (personas que en el período de referencia han desistido de la búsqueda pero no por no necesitar trabajar sino por estar abatidos ante un persistente resultado negativo en este intento). Para este último contingente se computan dos versiones, siendo los “A” los inactivos que afirman no buscar empleo porque “se cansaron de buscar” o “hay poco trabajo en esta época” (dos opciones del cuestionario de la EPH) y los “B” los que no buscaron en el período de referencia pero sí lo hicieron en algún momento de los últimos 12 meses. La suma de las categorías “desocupación abierta”, “Infraocupación” y “desalentados” puede pensarse como una suerte de medición de la desocupación en un sentido amplio. Los cómputos se exponen en el cuadro 8, que presenta los datos correspondientes a la población de referencia de la EPH e inflacionado para el total urbano del país.

 

Cuadro 8. Argentinos desesperados por el desempleo, según componente. Datos en bases EPH y total del país. 2016.

Fuente: GERES, procesando información INDEC (EPH) y MECON.

 

Los resultados expuestos hablan a las claras de un mercado de trabajo en un estado deplorable. Los “argentinos desesperados por el desempleo” pueden computarse a nivel nacional (urbano) en 6,3 millones de personas, el 35% de la PEA; tasa esta que más que cuadruplica a la de la desocupación abierta del INDEC. La comparación entre los únicos dos datos analizados (estamos negados a realizar comparaciones con los tabulados de la etapa previa) muestran un comportamiento dispar, en el que disminuye la “desocupación ampliada” pero aumenta la TADD: lo que parece señalar un proceso de creación de puestos de trabajo de pésima calidad.

[11] Se consideran los empleos “en blanco” del sector privado, dado que en nuestra opinión el cómputo de INDEC sobre haberes de empleados informales y públicos no es muy riguroso. A partir de abril de 2016 se toma como fuente al RIPTE, en espera del retorno del CVS. El dato de diciembre de 2016 está imputado.